Bienvenido a este nuevo blog sobre salud, espiritualidad, cultura y crecimiento personal. Espero poder aportar aquí documentación, noticias y reflexiones para los lectores sobre el ámbito de la salud y del estudio e investigación de las manifestaciones de religiosidad y espiritualidad de individuos y grupos humanos en general. Trabajo arduamente junto con amigos y colaboradores con el propósito de ofrecerle la información que precisa encontrar, o, que en lo posible, le sea de utilidad.

Wednesday, July 28, 2010

Salud y Enfermedad

Salud es un término difícil de definir. No obstante, a fin de comprender mejor los conceptos de salud y enfermedad, pasamos a continuación a repasar su evolución histórica en el pensamiento humano y sus diferentes definiciones a fin de que podamos entender mejor dicho fenómeno. Debemos partir de la premisa de que la salud es el estado natural, o mejor, la tendencia natural del ser humano.... Este es un principio básico de la medicina por más que en la práctica médica andemos entre enfermedades, síntomas y diagnósticos, y cada persona se encuentre con más o menos frecuencia afectada de esa experiencia vital que es la enfermedad.

En realidad, desde el punto de vista de cómo se siente a sí mismo una persona, sólo existen dos modos de estar, aunque con diferencias en la intensidad: el "bien-estar", es la normalidad e implica salud y el "mal-estar" o estado alterado que implica enfermedad; y esos estados están relacionados con el grado en la sintonía con la propia naturaleza individual, con los recursos que propician su identidad en equilibrio y con la sensibilidad de cada cual a la auto percepción y a la percepción del entorno, si bien esta percepción puede estar alterada por diferentes causas como la propia experiencia, sociales, químicas (eje.: drogas...), ambientales, etc. Podríamos resumir en una sola frase el estado de salud como la realidad, o quizá la utopía, de "ser uno mismo en equilibrio" desde todos lo puntos de vista posibles: biológico, psíquico, relacional, etc.

La salud representa un estado en el que destaca la ausencia de señales de alarma. La percepción de "normalidad" de uno mismo significa el silencio de las funciones orgánicas que posibilita las acciones voluntarias como manifestación de la vida. La salud es ese silencio o, si acaso, ese susurro, que nos permite "sentir la vida" como estado óptimo individual en las interrelaciones, que se manifiesta en actos libres y posibilita el desarrollo.

La naturaleza nos ha dotado con una serie de funciones y tendencias en mayor o menor grado instintivas, de marcado nivel gratificante. La salud está marcada por la cualidad hedonista que supone todo estado innato-natural o por decirlo de otra manera, todo lo que respeta la sintonía consigo mismo, con la propia naturaleza y, por tanto, no agrede, sino que posibilita el desarrollo de vida. El estado de salud incide de manera especial en condicionar esta percepción del sentido placentero de la vida. Por pertenecer al mundo instintivo, en su relación con el instinto de vida, es una percepción primaria y por tanto inhibe o distorsiona otras.

Si existe una característica que defina la vida, esta sería cambio y desarrollo. Cambio, evolución, adaptación..., la persona como ente reactivo y la salud como estado de equilibrio en continua acomodación: el sistema orgánico busca ese equilibrio que supone el hecho de vivir y que posibilita el desarrollo global de la persona. Al fin se trata de mantener la vida en equilibrio con su medio. La forma más elemental de vida organizada es la célula. Es posible un modo elemental de vida consistente en una sola célula, como ocurre con las bacterias. De hecho, hasta después del día 13 de nuestra vida embrionaria, no hay diferenciación celular. Sin embargo las formas de vida van haciéndose cada vez más complejas; las células se especializan en sus funciones, se organizan y se asocian para cumplir funciones específicas: son los tejidos. La diferenciación se lleva a cabo por medio de mensajes químicos de forma que se establecen verdaderas "conversaciones" entre las células, pero con "palabras" particulares que son moléculas químicas. Estos factores que promueven la diferenciación pueden ser intrínsecos (la propia célula posee la información) o extrínsecos (mensajes procedentes de células cercanas. Así los tejidos de las glándulas se especializan en fabricar y secretar sustancias, el tejido muscular se especializa en contraerse, el tejido óseo se hace compacto y duro para servir de estructura..., etc. Los tejidos vienen a organizarse en estructuras funcionales complejas: son los órganos, las vísceras..., una continua evolución en las formas de vida que culmina en los vertebrados y en al especie humana en su grado mayor de complejidad organizativa con sus capacidades mentales.

Y aún esa complejidad..., no olvidemos el inicio de la vida organizada: la célula y sus funciones como soporte biológico y no olvidemos que el equilibrio del conjunto del sistema es la consecuencia del equilibrio de sus componentes. El envejecimiento es solamente un proceso natural consecuencia de los procesos metabólicos-energéticos celulares, llevados a cabo en organelas celulares como en las redes mitocondriales y en el retículo endoplasmático, por la producción de radicales libres y metabolitos perjudiciales.

Pero todo parecería demasiado elemental sin la existencia de una característica, entre otras, que la defina, toda esta complejidad de funciones perdería su sentido y su continuidad sin un objetivo... Toda forma de vida, desde la más elemental a la más compleja, tiene un marcado objetivo básico que la identifica como tal; es el desarrollo en su medio, desarrollo que supone supervivencia, equilibrio, adaptación... La vida siempre enlazada al medio en que se desarrolla.

Consideramos, por tanto, al modo de estar entre salud y enfermedad como un proceso natural de adaptaciones, modificaciones, desviaciones coyunturales del buen estado natural de equilibrio, tanto en la estructura como en la función de los órganos que representa la salud. Así, el mantenimiento del estado natural de salud presupone una buena defensa de la propia identidad dinámica en equilibrio con el medio. El principio básico de salud como estado natural, no puede ser considerado como una idea simplemente optimista, sino, cuanto menos, como reconocimiento y respeto a los recursos naturales de respuesta ante la agresión y adaptación, perspectiva necesaria ante cualquier modo de abordaje y actitudes reparadoras frente a la salud quebrantada o ante la prevención de la enfermedad.

La enfermedad implica la existencia de un desequilibrio del sistema orgánico. Para conseguir la aproximación más perfecta al estado de salud, la naturaleza nos dota, a cada uno de nosotros, de una serie de recursos que nos reequilibra en el intento de adaptación, manteniendo la propia identidad en un medio frecuentemente hostil y además nos protege de esas variaciones perversas, posibles en ese continuo proceso de cambios y regeneración que representa la vida. Esos medios, propios a la identidad de cada uno y de su diversidad, son mas parecidos cuanto mas próxima es la especie, aunque existan diferencias notorias individuales dentro de la misma especie. De igual modo existen recursos particulares de adaptación más especializados en diferentes especies. Podríamos considerar estos medios de reequilibrio y adaptación que cada persona posee como "autopreventivos" o "autocurativos" y en cualquier caso como salvaguarda de la naturaleza individual en el sentido de identidad propia.

La enfermedad es un proceso natural que implica a la propia tentativa por parte de nuestro organismo de mantener o restablecer el estado de salud, aunque indique frecuentemente, en mayor o menor intensidad, la alteración o el fracaso de los mecanismos naturales de auto-reequilibrio que, por si mismos y en un estado utópico de buena funcionalidad, deberían de ser silentes. De ahí la valoración del estado de salud como el silencio orgánico que nos permite fijar nuestra percepción, atención y actividades, a nuestro requerimiento. La enfermedad es por tanto una señal de alarma de un organismo que se adapta o que al menos lo intenta aunque pueda fracasar en el intento.

Desde esta perspectiva no siempre va a ser lógico y deseable luchar "en contra" de la enfermedad en cuanto que esta actitud implicaría una lucha (agresión) contra la propia naturaleza de la persona..., sino más bien luchar a favor de las fuerzas naturales de defensa de los organismos para lograr el reequilibrio desde su propia identidad, ayudar por tanto en la misma dirección que supone el intento de reequilibrio orgánico.

¿Qué es la Medicina Alternativa de Enfoque Integral?

Se le hizo esta pregunta al doctor Lars-Erik Essén, doctor en medicina, el representante más importante de la medicina alternativa en Suecia y el espíritu guiador detrás del nuevo y creciente movimiento de médicos progresistas que siguen los principios de esta escuela en su práctica. Para ampliar más el concepto de este enfoque o manejo terapéutico, nos remitimos ahora a la respuesta de este destacado médico sueco: "Un médico trata un caso de enfermedad infecciosa por métodos convencionales. El factor determinante para obtener resultados satisfactorios en este tipo de tratamiento es identificar el tipo de bacteria a la que se le considera responsable de la infección en cuestión. Cuando se identifica al intruso, se administra al paciente una sustancia química específica o un antibiótico, el cual, como regla general, produce resultados inmediatos: destruye la bacteria y el paciente queda libre de síntomas.

Después de un tiempo, puede ser que el mismo paciente regrese con una nueva infección. El diagnóstico muestra que se trata del mismo tipo de bacteria, la cual esta vez, sin embargo, ya es inmune al medicamento específico, o que una nueva bacteria a hecho su aparición. De acuerdo con esto, medicamentos nuevos y más potentes se prescriben, los cuales producen resultados inmediatos, en lo que al exterminio de la bacteria concierne, pero, a pesar del "éxito" del tratamiento, la resistencia del paciente a infecciones se debilita progresivamente y surgen diversas complicaciones. Ahora, tal vez medicamentos como la cortisona, para aliviar el dolor y los síntomas, y otros medicamentos sintéticos altamente tóxicos, entran a formar parte del cuadro. El organismo, ya por sí débil por la enfermedad, debe ahora, además, hacer frente a los efectos secundarios tóxicos y dañinos del medicamento venenoso que ha sido prescrito al paciente.

Entonces, un día nos vemos frente al lecho de muerte sorprendidos y alarmados. El paciente recibió todos los tratamientos indicados, de acuerdo con las prácticas convencionales y reglamentaciones de la ciencia médica. Las pruebas de laboratorio probaron que no hubo error. Las muestras de bacteria mostraron que la bacteria, a la que estaba dirigido el tratamiento, fue erradicada "con éxito". Respecto a la causa directa de los síntomas (la bacteria) nuestro tratamiento fue todo un éxito. El único problema fue que el paciente murió. Conseguimos matar la bacteria, pero fallamos en salvar al organismo huésped, en donde nuestra batalla contra la bacteria tuvo tanto éxito. También se pudo haber dicho que "La operación fue todo un éxito, pero el paciente no sobrevivió".

Después de todo, lo que tratamos se encaminó a los microorganismos, los cuales fueron considerados patogénicos o causantes de la enfermedad. Entretanto, el ambiente biológico para este microorganismo, el organismo huésped, el cuerpo humano viviente, delicado, sensible y fácil de dañar, se descuidó por completo. El hombre a penas y aparece en escena. Lo que en realidad tratamos en la actualidad son las enfermedades, no a los enfermos en sí. El organismo enfermo, sin embargo, se encuentra sujeto a leyes biológicas muy diferentes de las que se podrían aplicar en una lucha primitiva contra los gérmenes con sustancias químicas y antibióticos que los exterminan.

Algo que va paralelo a esto se puede ver en el daño y destrucción actual de la vida y ambiente natural como resultado del uso indiscriminado por parte del hombre, de insecticidas y otras sustancias químicas venenosas. ¿Existirá algún ser humano inteligente tan ingenuo para pensar que estos venenos son menos devastadores en el organismo humano, con su mecanismo viviente infinitamente más complicado y delicado? Las leyes biológicas de la vida son totalmente diferentes de las leyes que regulan las reacciones químicas que se observan en los tubos de ensayo de laboratorio. Cuando no conseguimos advertir las diferencias entre las dos, se llega a resultados catastróficos y tenemos que aceptar las consecuencias de nuestras imprudencias".

● Filosofía de la Medicina Integral

Cuando un médico con orientación complementaria se enfrenta a un caso de enfermedad infecciosa, su enfoque y reacción son totalmente diferentes. Para él, la bacteria o virus presentes en ciertas infecciones es un fenómeno de interés secundario. El los considerará sólo como factores sintomáticos en relación con el organismo huésped (el paciente) y su organismo como un ambiente biológico. Toda su atención estará dirigida al paciente. Su objetivo principal será emplear todo medio posible para incrementar el poder de resistencia dentro del organismo huésped y tratar de evitarle todo daño posible. El principio número uno del arte de curar, "Primum ets nil nocere": lo más importante es que el tratamiento no produzca daño alguno. Se viola en la práctica médica de hoy en día más que en cualquier otra época o historia de la medicina.

El médico con orientación complementaria está consciente de que con sustancias químicas y antibióticos siempre se hará daño al medio biológico del organismo huésped, aunque con tales tratamientos pueda conseguir un alivio temporal. Por tanto, evita en todo lo posible el uso de tales medicamentos en infecciones sencillas y sin peligro. Tratar un resfriado común o un dolor de anginas con, por ejemplo, penicilina, resulta para él un crimen en contra de las normas fundamentales de la salud. En lugar de eso, su atención se encamina a incrementar la resistencia del propio organismo, utilizando todos los métodos biológicos, naturales e innocuos, de tratamiento que se encuentran ahora a la mano".

Tuesday, July 27, 2010

De qué hablamos cuando hablamos de Medicina Alternativa

Acupuntura: los antiguos chinos teorizaron que una fuerza vital llamada ch'I domina a todos los organismos vivientes. Fuerzas opuestas dentro del cuerpo, conocidas como el ying y yang, deben estar en equilibrio y armonía antes de que ch'I pueda lograr que nuestras funciones vitales trabajen normalmente. Se dice que el ch'I fluye a través de catorce canales interconectados e invisibles (meridianos) en cada lado del cuerpo, que forman una red –en el nivel tisular profundo- a través de brazos, piernas, tronco y cabeza. Esos meridianos alcanzan la superficie en varios puntos del cuerpo, llamados puntos de acupuntura. Se han identificado por lo menos 370 puntos. Cada meridiano sirve a un órgano específico (o más), que puede ser influido al estimular los acupuntos apropiados.

Aromaterapia: los profesionales de la aromaterapia dicen que ciertos aceites de sustancias aromáticas, volátiles e inflamables extraídas de flores, raíces, corteza, hojas, resinas de árboles y cáscara de limón o naranja; se rocían en el aire y después se inhalan o se absorben a través de la piel mediante masajes, baños calientes o compresas frías o calientes. Para ellos, estas sustancias mejoran el humor y promueven la buena salud. Ellos afirman que su acción es química, pues reacciona con hormonas y enzimas, además de tener propiedades antisépticas. Se cree que, aplicados a la piel, ayudan a mejorar diversos trastornos dermatológicos.

Ayurveda: su base consiste en la curación natural, en la creencia de que los seres humanos somos parte integral de la naturaleza gobernados por los mismos principios que determinan la supervivencia y la salud de todos los seres vivos, plantas y animales. Su meta es armonizar o equilibrar al hombre con su medio ambiente. El entrenamiento de los practicantes ayurvédicos se basa en dietas, cocina y meditación.

Hidroterapia: es un tratamiento cuyo ingrediente principal es el agua, en cualquiera de sus formas. Se la puede utilizar a distintas temperaturas, en forma líquida, gaseosa o sólida, canalizarla hacia el interior oralmente o por cualquier orificio del cuerpo o aplicarse externamente (sauna, regadera, tina, jacuzzi).

Terapia craneosacra: según los terapeutas craneosacros la circulación del fluido cerebroespinal fluye libremente desde la cabeza hasta la base de la espina con un ritmo propio, y cualquier interrupción del flujo normal de éste puede provocar problemas físicos y mentales. Ellos aseguran que al pasar ligeramente los dedos sobre los huesos del cráneo o cualquier otro punto de la columna pueden sentir el flujo de este fluído y corregir cualquier error con la aplicación de masajes y presión suaves con los que dicen aliviar una gran variedad de síntomas.

Terapia magnética: el efecto terapéutico específico y comprobado de la magnetoterapia es la curación acelerada de fracturas. Sin embargo existe un creciente interés por este método como regulador del dolor. Funciona principalmente al aplicar imanes en zonas específicas del cuerpo.

Terapia de luz: aplica la teoría de que la luz afecta el estado anímico y se aplica principalmente en las personas que sufren trastorno emocional estacional.

Terapia mente–cuerpo: insiste en tratar ambos aspectos de la persona, ya que se reconoce que una enfermedad seria puede deprimir al paciente y que una depresión crónica puede enfermarlo de gravedad.

Meditación: existe evidencia objetiva sobre el papel de la meditación en la reducción de la presión sanguínea, la velocidad del corazón y la concentración de hormonas que provocan estrés.

Imaginación guiada: es una técnica que involucra la mente y el cuerpo, y que se ubica en algún punto entre la hipnosis y la retroalimentación biológica. Se apoya fuertemente en el poder de la sugestión. El terapeuta pide al sujeto que conjure una imagen específica en la que deberá concentrarse de tal manera que logre convencer al subconsciente de que es real.

La retroalimentación biológica: dirige o manipula las reacciones fisiológicas que normalmente permitimos que procedan a su propio ritmo y que, hasta hace poco, ni siquiera sabíamos que podíamos controlar. A diferencia de otras técnicas, ha sido profundamente estudiada y documentada en la literatura científica. Se colocan electrodos en el cuerpo del paciente que se conectan a una computadora u otro instrumento que emita una señal que indica la intensidad o nivel del proceso por controlar, se le dice que los observe y se le pide que se concentre en un intento por influir en el proceso corporal mediante ciertos ejercicios mentales en los que conscientemente se visualizan algunas imágenes que afectan el estado de ánimo.

El entrenamiento profesional

En cuanto al entrenamiento de profesionales en estas disciplinas hay una gran variación entre las diferentes instituciones. Para las terapias más difundidas –osteopatía, quiropraxis, acupuntura, medicina con hierbas y homeopatía- algunos institutos incluso algunos tienen afiliaciones con universidades, exámenes con grado de diploma y asesoramiento externo. Otras, particularmente las menos invasivas, como la reflexología y la aromaterapia, tienden a ser más desorganizadas y se estudian en pequeños centros que determinan su currículo internamente.

Auge de la Medicina Alternativa

"¿Cuál es la razón por la que millones de estadounidenses, especialmente los de mejor educación, gastan miles de millones de dólares cada año en una amplia variedad de terapias alternativas, complementarias, u holísticas?", se pregunta el doctor Isadore Rosenfeld en su Guía de la medicina alternativa (Editorial Diana, 2000). ¿Y por qué sucede lo mismo en Europa, donde —según el estudio de Peter Fisher publicado en el British Medical Journal— las estadísticas indican que entre un 20 y un 50% de la población utiliza terapias complementarias?

La respuesta que ensaya el doctor Rosenfeld apunta que la creciente popularidad de la medicina alternativa es resultado directo de la gran cantidad de preguntas relacionadas con la salud, el bienestar y la supervivencia que todavía no tienen respuesta.

Dentro de los términos terapias alternativas se encuentran agrupadas todas aquellas prácticas que no son aceptadas oficialmente por la academia: la acupuntura, la aromaterapia, el ayuno, el ayurveda, las hierbas, la hipnosis, la homeopatía, la iriología, la oxigenoterapia, la quiropraxis, la reflexología, la terapia celular, terapias de la unidad cuerpo-mente, terapia de luz y magnética, entre otras. La lista es larga y tanto en conjunto como individualmente estas técnicas generan más de una controversia, que empieza por el modo en que se las denomina.

Para el doctor George Pietroni, hablar de medicina alternativa es vagamente peyorativo ya que esta denominación agrupa una categoría muy grande y heterogénea de prácticas definidas más bien por lo que no son y no por lo que son. Pero desde que esta denominación se ha extendido no sólo entre los pacientes sino también entre muchos doctores convencionales, él propone que se las defina como medicina complementaria.

Sin embargo, para los profesores británicos, Adam Award y Peter Fisher "el término de medicina complementaria tampoco es enteramente satisfactorio, ya que mete en una misma bolsa un amplio espectro de métodos con poco en común, excepto del hecho de que todas están fuera de las corrientes médicas académicas. Lo términos más ajustados quizás sean, según estos, "métodos terapéuticos no convencionales". Pero los problemas a resolver no residen en una simple diferencia de denominación ¿Dónde se estudian? ¿Cómo se las debería regular? ¿Cómo articular un trabajo conjunto con las prácticas convencionales? ¿Cómo evitar que un paciente sea estafado o que el tratamiento alternativo interfiera con el convencional?

Según aseguran Peter Fisher y Adam Ward, en el artículo mencionado del British Medical Journal, muchos doctores y terapeutas europeos ya usan tratamientos no convencionales o complementarios. Los más usuales son la acupuntura, la homeopatía, la terapia o manipulación manual, y medicina con hierbas o fitoterapia. La popularidad de estas terapias difieren según los países, así como las regulaciones para su práctica: en algunos sólo los profesionales registrados pueden ejercerlas y en otros no tienen ninguna regulación.


A pesar del escepticismo de la medicina oficial, cada vez es más común que un médico proponga al paciente que pruebe un método complementario cuando éste tiene una enfermedad crónica y recivante, cuando el acercamiento convencional requiere tratamientos de mantenimiento, si está preocupado por las reacciones adversas de alguna droga, cuando el paciente no está satisfecho con el progreso de su tratamiento y cuando inexplicablemente hay una reticencia a aceptar el tratamiento, según indican Catherine Zollman y Andrew Vickers, en su artículo "La medicina complementaria y los médicos".

Vickers y Zollman dicen que "como ocurre con la medicina convencional, a la complementaria también hay que vigilarla con ojo avizor. En el caso de inmunizaciones, antibióticos y dietas, particularmente, la influencia de la medicina complementaria puede causar dificultades". A pesar de todo, los autores indican que los pacientes que están sometidos a tratamientos en los que deben tomar medicación por largos períodos deben ser alentados a encontrar un médico de prácticas complementarias que esté dispuesto a trabajar en conjunto en cooperación con el médico convencional.

Como pasa con todo lo que recién se está forjando, poca es la información que se ha publicado sobre el uso combinado de tratamientos de medicina complementaria y tradicional. Vickers y Zollman aclaran que "si bien la información disponible es escasa, algunos de los informes son serios. Estos casos incluyen mayormente la utilización de productos como las hierbas medicinales y suplementos dietarios. Aunque la falta de un sistema de estudio formal hace que no se pueda conocer su verdadera incidencia, por lo que se necesita más información confiable para hacer aseveraciones más concluyentes".

Para estos autores, lo que falta para convencer por completo a los clínicos convencionales es evidencia contundente de que la medicina complementaria puede entregar soluciones seguras y con buen rendimiento costo-beneficio para problemas que son caros y difíciles de manejar con los tratamientos habituales. Pero es difícil recabar tal evidencia ya que no existen procesos sistemáticos para recolectar información sobre la seguridad y los efectos adversos de estas disciplinas.

¿Qué es la Medicina Alternativa y/o Complementaria?

Es ampliamente conocido que la medicina alternativa y la convencional adoptan planteamientos muy diferentes frente a la definición y el tratamiento de la enfermedad. La medicina convencional se suele orientar por el diagnóstico clínico. Los doctores tradicionales utilizan los síntomas y pruebas médicas para evaluar el problema y prescriben el tratamiento de acuerdo con ellos y la formación que han recibido en la Facultad de Medicina. Los profesionales de la medicina alternativa, en cambio, tratan de considerar al paciente como un todo. Para estos la enfermedad es más bien secundaria y significa una interrupción del bienestar físico y mental. El tratamiento siempre intenta estimular la capacidad de autorregulación y auto curación natural del organismo tomando en cuenta al individuo como persona y todo su entorno.

La medicina alternativa se ocupa del planteamiento holístico (integral) de la salud, cuya premisa central es que la mente y el cuerpo están inseparablemente unidos. Además, evalúa las investigaciones científicas del efecto de la mente sobre el cuerpo. A medida que la popularidad de la medicina alternativa aumenta, las cuestiones de eficacia y seguridad se hacen cada vez más importantes. Dadas las valiosas aportaciones de ambas tradiciones, el camino más positivo para la medicina como un todo promete ser en un futuro una integración o unión de lo mejor de la medicina convencional y las terapias alternativas.